El titulo de la entrada viene a cuento debido a la manera experimental que hemos plantado una de las calabaceras; hace años que fracasamos por completo con la cosecha de calabazas y vamos a probar si así funciona:
Hemos creado un “cuadrado” y en su centro hemos hecho un boquete más grande que el de los jabalíes.
Le hemos echado un saco entero de 50 litros de estiércol de vaca.
Con un rastrillo hemos aplanado la tierra superficialmente, sin pisarla ni apretarla. En el centro hemos trasplantado la calabacera, hemos hecho una pequeña “olla” y le hemos echado una regadera de agua.
Después hemos continuado “reparando” el huerto tapando los destrozos de los jabalíes, el Petit se divierte buscando en el fondo de los agujeros.
Ayer fuimos a ver como prosperaban las fresas silvestres que hace unos días estaban en flor, van creciendo pero muy poco a poco. Aprovechamos para hacerles una foto al Bobo y otra al Petit.
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